domingo, 10 de enero de 2021

De la pugna por Barataria

                                 


"Hablen bien de España porque es verdad, porque ustedes siempre dicen la verdad y porque hablar bien de España no molesta a nadie". 

No se porqué, estas palabras pronunciadas ante la prensa, no sin cierto sarcasmo e ironía por el ya hoy, censurado y desalojado de la Moncloa, expresidente Rajoy en su primera visita institucional a EE.UU en enero de 2014, me recordaron las aventuras de Sancho Panza por lograr el gobierno de la Barataria.

Como todos sabemos, Sancho es un  personaje creado por nuestro sin par Cervantes al que se pueden atribuir múltiples valores.

Las máximas y sentencias de don Quijote contrastan con los refranes y dichos populares que, al igual que ocurre con el galaico Mariano, ilustran el pensamiento de este rústico campesino que desea adoptar una  nueva identidad y que acepta, seducido por su ambición en conseguir el gobierno de una ínsula, el encargo de servir como escudero de Quijano quién, en el fondo y como ocurre con Aznar, le otorga su beneplácito, seguro de que fracasará en la empresa y ese malogro ensalzará sus patéticas figuras pues, en sus ensoñaciones de gandeza, tanto el Caballero de la Triste Figura como el vigoréxico Aznar, están convencidos que mejor que ellos mismos, nadie puede ejercer la ardua labor de gobierno de un país que necesita palo largo y mano dura para evitar lo peor.

Sancho, como en un principo fue Rajoy, es el único personaje que se presta a cumpir con satisfactoria sumisión  el papel que su señor le ha adjudicado, pues de buen seguro asentirá con sonrisa bobalicona las sutiles e inteligentes chanzas, bromas y cuchufletas de los más doctos; al final ni el uno ni otro fueron o hicieron lo esperado por sus mentores. ¡Cosas! 

Y no es que quiera yo "dar la brasa" con la personalidad de ese entrañable paleto manchego, a pesar de sus muchos valores y pragmatismo.

Tampoco pretendo alabar la figura o gestión política del compostelano, pues no las comparto por su conservadurismo. Mucho menos con las cualidades de cualquiera de los dos extravangantes madrileños, con sus discursos cargados de retórica petulante; no es ese mi propósito; pero visto los personajes, escuderos meritorios con ínfulas patrioteras que han irrumpido en el escenario político español a lomos de derechonas hormonadas rebosantes de ardor patrio y de derechitas acomplejadas que se esfuerzan, con un pie aquí y otro allí, por sacudirse el marchamo de cobardía y, a falta de un quijote, todos ellos encasquetándose la bacia a modo de morrión, embragándose en sus pertrechos y lanza en ristre, aspiran y compiteno para ocupar el lugar que por derecho creen le corresponde en las historias de caballería, para "desfacer entuertos" y salvar, aun a costa de ella misma, a esa Patria que tanto quieren

Merece la pena, por ejercicio comparativo, recordar esas palabras de Rajoy que constituyen un mensaje claro, simple, sencillo, entendible y totalmente compatible con lo que entendemos defensa de la Patria, pues la Patria, como la bandera, no es patrimonio exclusivo o privativo y, ni una ni otra, dejan de ser nuestros cuando la gobiernan, en lugar de supuestos hidalgos o caballeros de dudosa alcurnia democrática, simples hombres y mujeres de y por el pueblo.

Estas palabras contrastan con la de los casados que, a pregunta de cortesía de Juncker, espetó "Yo bien, bueno... España es un desastre. El nuevo presidente socialista..." y lo abascales de la las libertades fingidas "la propiedad privada y nuestros ahorros están en peligro" y del debemos "reclamar la dimisión de Pedro Sánchez y que el Ejército se haga cargo de los servicios esenciales del Estado" calificando los acuerdos parlamentarios, constitucionales como sus 169 artículos, de "Golpe de Estado" que han puesto de relieve, en esa febril búsqueda del lugar del que se creen propietarios, que están bastante atras de la concepción "Patria" de M. Rajoy, y a años luz del concepto propiamente entendido por que, España, al parecer, es menos España si no gobierna esa derecha heredera de la antidemocracia franquista.

Por eso, y termino como empece, Casados, Abascales y demas voceros que conforman esas huestes politicas y mediáticas que no quieren a España y si a una determinada forma de gobernar a los españoles: "Hablen bien de España -vuesas mercedes- porque es verdad, porque ustedes -vuesas mercedes-  siempre dicen la verdad y porque hablar bien de España no molesta a nadie".




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